domingo, 8 de abril de 2018

La desaparición de Esteban Andreani

11 de abril de 1977
La desaparición de Esteban Andreani

Poco antes del mediodía me llamó Sarita para avisarme que Esteban no había vuelto a la casa, ella y los demás compañeros que vivían allí se preparaban rápidamente para abandonar el lugar. Sarita era Sara Fagnani, la compañera de Esteban, y éste era Esteban Andreani, trabajador telefónico que junto con ella participaba de la Lista Rosa. El compromiso militante de ambos se había incrementado tras la detención de Omar Andreani, hermano de Esteban, a principios de octubre de 1975. También Omar militaba en AVANZADA, y lo apresaron en el momento en que realizaba una pintada en homenaje al Che Guevara. Lo que podría haber sido una detención por una infracción menor se convirtió en un prolongado encarcelamiento, las torturas y la causa armada extendieron el encierro hasta que llegó la dictadura en 1976. Después ya no hubo nada parecido a algo que pudiera llamarse justicia.
Esteban visitaba a su hermano en el lugar de detención, durante un año y medio concurrió semanalmente a la cárcel, pero después del golpe de estado el hostigamiento a los familiares de los presos se volvió insoportable. En marzo de 1977 Esteban y Sarita dejaron de concurrir al trabajo en el Edificio República, por unos días estuvieron viviendo en la casa paterna en Morón, pero tampoco allí podían sentirse seguros. Tenían un hijo pequeño y esperaban otro en los próximos meses, la decisión fue salir del país en cuanto pudieran reunir algo de dinero. Se propusieron vender un coche, y aquella mañana del 11 de abril de 1977 Esteban había ido hasta el garaje donde lo guardaba. A partir de ese momento desapareció; su madre inició los trámites para tratar de ubicarlo pero todo fue infructuoso. Unas semanas después Sarita salió del país y se presentó al ACNUR en Río de Janeiro, allí pidió asilo y reprodujo las mismas denuncias que la madre de Esteban efectuaba en buenos Aires. El refugio le fue concedido por el estado sueco y desde Europa siguió reclamando por la aparición de su compañero.
Un mes y medio después de la desaparición de Esteban el diario La Nación reprodujo un extenso comunicado militar; allí se hablaba de un supuesto enfrentamiento armado en el que habían sido muertos varios subversivos. La historia era tan increíble como las que hoy arman los mismos servicios y los mismos medios cómplices. Según el relato oficial el día 25 de mayo –curiosa manera de festejar el aniversario patrio- las fuerzas represivas enfrentaron a un grupo de militantes de distintas organizaciones guerrilleras que se encontraban reunidos en un chalet en la localidad de Monte grande. Entre los abatidos se mencionaba a Esteban Andreani y se lo presentaba como integrante del Movimiento Revolucionario Che Guevara.
Leímos el relato en la edición del 29 de mayo del diario de los Mitre, pero es necesario hacer otro comentario. Al regresar del exilio traté de encontrar una copia de esa publicación, pero tanto en las colecciones guardadas en la Biblioteca del Congreso como en la Biblioteca Nacional los ejemplares conservados tenían una versión más resumida de la noticia. Allí no figuraban los nombres de los compañeros que fueron asesinados. Supongo que ese día salió a la calle más de una edición (algo normal en la época) y que nosotros tuvimos la edición en la que la nota no había sido recortada. Muchas veces pensé en consultar el archivo del diario, pero habría necesitado tener contactos de los que yo carecía.
Vuelvo ahora a la desaparición de Esteban. Pasaron varios años sin que se supiera nada de él; aunque su nombre había aparecido en un comunicado oficial ninguna fuerza represiva informaba sobre el presunto enfrentamiento ni sobre el paradero de los restos. El persistente reclamo de familiares y Organismos de Derechos Humanos permitió ir descorriendo el velo de silencios y complicidades. Memoria y justicia consiguieron abrirse camino trabajosamente, las investigaciones y los juicios fueron aportando datos invalorables. Así pudo conocerse que el 23 de mayo de 1977 una decena y media de secuestrados que se encontraban en el Centro Clandestino de Detención El Vesubio fueron informados de que serían trasladados y “blanqueados”.
Desde El Vesubio los llevaron hasta una casa ubicada en Boulevard Buenos Aires 1151, localidad de Monte Grande, y allí los asesinaron en la madrugada del 24 de mayo. Los 16 fusilados fueron Esteban Andreani, Luis Gemetro, Luis Fabbri, Catalina Oviedo de Ciuffo, Daniel Ciuffo, Luis de Cristófaro, María Cristina y Julián Bernat, Claudio Giombini, Elísabeth Käsemann, Rodolfo Goldín, Mario Sgroy, Miguel Harasymiw, Nelo Gasparini y otras dos personas que permanecen sin identificar.
Cuando se realizó la reconstrucción del múltiple crimen en diciembre de 2010, el área de Derechos Humanos de la Municipalidad aportó el testimonio del comandante de bomberos que intervino en el levantamiento de los cuerpos y su posterior enterramiento en una fosa común en el cementerio de Monte Grande. En mayo del año pasado, al cumplirse un nuevo aniversario de la masacre, fue colocada una baldosa conmemorativa frente al edificio donde se produjo la matanza.

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