La semana pasada Jorge Grilli, un gran compañero telefónico, puso en circulación un ensayo que José Baddouh escribió hace aproximadamente 15 años. Para algunos compañeros fue reencontrarse con un trabajo que creían perdido, para otros se trató de un verdadero descubrimiento, para todos fue motivo de agradecimiento por el gesto generoso de Grilli. Aun militando en agrupaciones diferentes ambos habían mantenido una relación fraternal que hoy tiene un nuevo ejemplo. Tomando como punto de partida la evocación de Grilli nos permitimos otros recuerdos.
El Movimiento Gremial Telefónico se formó a mediados de 1964 bajo la conducción de Ricardo Campari. Aproximadamente en octubre de ese año apareció el primer número de AVANZADA, el boletín con que la agrupación se dio a conocer. Por eso la sigla MGT pasó a ser una referencia rápidamente olvidada y el nombre del boletín se convirtió en el nombre de la agrupación. Al año siguiente se realizaron las elecciones en el sindicato. Las listas se identificaban por color y la agrupación adoptó el nombre de Lista Rosa. Así terminó de construirse la denominación con que sería conocida dentro y fuera del gremio telefónico: AVANZADA–Lista Rosa.
Ricardo fue el dirigente indiscutido de AVANZADA, pero debió alejarse para dedicar todo su tiempo a la tarea de construcción política en que estaba empeñado. Fue entonces cuando José pasó a ocupar la máxima conducción de nuestra agrupación.
La Lista Rosa fue un punto obligado de referencia no sólo para los trabajadores telefónicos sino también para todos los que en el movimiento obrero buscaban construir alternativas de lucha contra la explotación. La solidaridad con los trabajadores en conflicto tuvo múltiples manifestaciones: se estuvo junto a los Trabajadores de Prensa cuando su organización sindical fue intervenida durante el onganiato. Y lo mismo se hizo con los Petroleros de Ensenada, con los trabajadores cañeros de Tucumán y con todos los que sufrieron las arbitrariedades de aquel período.
Fue así que nos sumamos a la CGT de los Argentinos, al Movimiento Sindical Combativo y a todos los otros ámbitos de lucha que se fueron forjando bajo la conducción de dirigentes como Raimundo Ongaro y Agustín Tosco.
Fueron tiempos de intenso batallar, no sólo contra la patronal y los gobiernos autoritarios o dictatoriales, también en el enfrentamiento a los sectores burocráticos en el movimiento obrero. Debimos aprender a diferenciar entre enemigos y adversarios y creemos haberlo hecho bien. Las fuertes divergencias no nos hicieron equivocar respecto a nuestro lugar en la lucha. Como lista de oposición pudimos tener grandes diferencias con las conducciones del Sindicato, pero nunca dejamos de estar del lado de los trabajadores aunque estuviéramos en agrupaciones diferentes.
Durante la última dictadura nuestro gremio sufrió las mismas persecuciones y atropellos que los demás sectores populares. También AVANZADA-Lista Rosa pagó un alto precio por haber estado siempre en la primera línea de lucha por los intereses de los trabajadores. Muchos de nuestros compañeros fueron cesanteados, encarcelados o forzados al destierro. Pero por encima de todos ellos se destacan los desaparecidos, tanto Ricardo Campari, Olga Pini, Marcelo Senra y Esteban Andreani como las decenas de telefónicos por los que todavía seguimos reclamando.
Ya antes de la dictadura Badouh había sido amenazado por la Triple A. Cuando se produjo el asesinato del general chileno Carlos Prats en buenos aires, José recibió un llamado telefónico en su lugar de trabajo, el mensaje que le transmitieron fue que se preparara porque era el próximo de la lista. La amenaza no podía ser tomada a la ligera, por entonces circulaba públicamente un listado confeccionado por la organización terrorista y en ella figuraba su nombre.
A la amenaza siguió la cesantía en el trabajo, el allanamiento de su domicilio y una campaña de hostigamiento mediático. A pesar de encontrarse perseguido encabezó la Lista Rosa en las elecciones de octubre de 1975. Condenado a la clandestinidad trató de permanecer en el país pero llegó un momento en que la situación se volvió insostenible; en 1977 salió a Brasil y desde allí gestionó el refugio que finalmente le fue concedido por Holanda.
En el exterior realizó una enorme actividad de denuncia contra la dictadura y de solidaridad con el pueblo argentino. Fue elegido presidente del Comité de Solidaridad Argentina- Holanda (SKAN), integró la asociación de Trabajadores y Sindicalistas Argentinos en el Exilio (TYSAE) hasta que en 1979 consiguió el apoyo económico de la Iglesia Católica Holandesa para viajar a colaborar con la Revolución Nicaragüense.
Regresó a Argentina a fines de 1983 y se incorporó al Frente Gremial Telefónico que, bajo la dirección de Julio Guillán, recuperó al sindicato de manos de la intervención. Ese Frente, conducido por la Lista mayoritaria del gremio, no estuvo exento de tensiones internas ni de contradicciones. En cada momento hubo que conciliar con posiciones que hubieran sido rechazadas en otro tiempo, pero se procuró privilegiar los intereses de los trabajadores telefónicos aún a riesgo de sufrir críticas e incomprensiones.
Vuelvo ahora al punto de partida, al de la amistad que se forjó entre José Baddouh y Jorge Grilli en esos años difíciles. Las divergencias circunstanciales no enturbiaron el mutuo respeto entre ellos, así lo entendimos quienes militamos junto a José.
Cuando en 2008 se había cumplido un año de la partida física de quien durante casi cuatro décadas dirigiera AVANZADA Lista Rosa, organizamos un acto para homenajearlo. Representantes de varias agrupaciones del gremio estarían presentes y era necesario un compañero que fuera una figura de equilibrio. Por eso no fue casual que eligiéramos a Jorge para hablar en esa ocasión. Y elegimos bien.
Hoy sigue siendo el buen compañero y amigo que siempre fue, el que pudo hablar a todos sin que ninguno se sintiera excluido, el que vuelve a demostrarlo con este gesto generoso.
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