martes, 1 de septiembre de 2020

Números macabros

 El domingo una querida amiga me hizo llegar la declaración de la IRDH (Iniciativa por el Resguardo de los Derechos Humanos covid-19 en CABA). Allí se decía:

“Los números que se conocieron los días 26 y 27 de agosto que superaron los 10.000 casos de personas contagiadas más el número diario de muertes y el aumento constante de personas que se internan en las Unidades de Cuidados Intensivos debe alertarnos sobre el camino que estamos recorriendo”

Coincidentemente en El Cohete a la Luna se publicó una nota del profesor Alberto Kornblihtt con el inquietante título de “Los muertos y la cuarentena”. Pero más inquietante eran los datos:

“El 27 de julio pasado la Argentina llegó a tener 3.000 muertos acumulados por Covid-19. Entonces le pregunté al doctor Jorge Aliaga, experto en números de la pandemia si los hay, cuándo había tenido la mitad, es decir 1.500 muertos, a lo que me respondió que había sido el 5 de julio. ¿Y la mitad de 1.500, es decir 750? El 11 de junio, respondió. ¿Y la mitad de 750, es decir 375? El 17 de mayo, me dijo. Si calculan los intervalos verán que corresponden a 24 días.”

Con esos datos el profesor Kornblihtt calculó que la nueva duplicación debía producirse el 21 de agosto, ese día se llegaría a 6.000 muertos. Pero se equivocó.

“El 18 de agosto, 3 días antes del 21, sobrepasamos los 6.000 muertos.”

La duplicación de muertes ya no se producía cada 24 días sino cada 21.

“Si no se toman medidas más estrictas y la duplicación de muertes acumuladas empieza a ocurrir cada 21 días, el 13 de septiembre habrá 12.000 muertos acumulados; el 5 de octubre, 24.000; el 27 de octubre, 48.000, el 18 de noviembre, 96.000; el 10 de diciembre, 182.000, y para Navidad unos 364.000 muertos acumulados…”

Otros números

Al tiempo que se multiplican los contagiados y los muertos por la pandemia, una manada de presuntos abanderados de la libertad de las personas se manifiesta en las calles contra todas las medidas destinadas a resguardarnos. Las convocatorias se presentan como espontáneas, se divulgan a través de las llamadas redes sociales, luego se las amplifica en los medios de difusión convencional. Una de las promotoras es una voluminosa predicadora religiosa que clama para que se libere al Sagrado impedido de curar a los enfermos. Otra, que supo ser una encumbrada funcionaria, aprovecha para darse un baño de popularidad aunque ahora no proponga que los asistentes concurran armados. Otros pretenden ser un poco más sutiles; pontifican sobre el cansancio social por la cuarentena más larga del mundo, la necesidad de flexibilizar las medidas sanitarias reabriendo comercios. Sensibilizado por estos reclamos el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Autoriza a bares y casas de comida para volver a funcionar.

Aunque resulte macabro es conveniente hacer algunas comparaciones. En el accidente ferroviario de Once (22.2.2012) murieron 52 personas. En el choque y posterior incendio del avión de LAPA en Aeroparque (31.8.1999) los fallecidos fueron 65. En el incendio de República Cromañón (30.12.2004) murieron 194 personas

Si las proyecciones del profesor Kornblihtt se cumplieran (y el gobierno de Rodríguez Larreta hace su aporte en esa dirección), el 13 de septiembre los fallecidos por coronavirus llegarían a 12.000, estaríamos hablando de 6.000 en 21 días, algo menos de 300 muertos diarios. Aunque resulte horroroso hay que decir que casi sería como acumular un accidente de Once, un avión de LAPA y un incendio de Cromañón en cada jornada.

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