sábado, 12 de diciembre de 2020

El hombre que calculaba (3)

 Plaza de Mayo es el lugar emblemático a la hora de hablar de concentraciones masivas. Buena parte de la historia política del país ha pasado por ese lugar, manifestarse allí, desbordarla por sus alrededores es prácticamente la consagración del respaldo popular y de la capacidad de convocatoria. No es el espacio público más grande, pero simbólicamente es el más significativo, por eso los números que se barajan sobre su capacidad suelen ser de lo más arbitrarios. El 19 de diciembre de 2012 se realizó allí una concentración antigubernamental. Uno de los máximos convocantes a esa protesta, Pablo Micheli, afirmó que habían reunido 70 mil asistentes. Apuntalando esa versión se manifestó el diario Clarín que publicó una foto en portada elogiando el “masivo acto del sindicalismo opositor”. Desde el gobierno no se opinó lo mismo: “con toda la furia, llegaron a 15 mil”. No voy a proponer una votación para resolver el conflicto numérico, ni tampoco tengo una imagen aérea para hacer el cálculo, pero podemos comenzar por el principio, por saber cuánto mide la plaza y cuánta gente puede concentrarse en ella.

La plaza tiene algo menos de 230 metros de largo y un poco más de 95 metros de ancho. Con esos datos gruesos podríamos decir que la superficie es algo menor a los 22 mil metros cuadrados. Pero la plaza no es rectangular, porque sus extremos sobre Balcarce y sobre Bolívar son redondeados en forma semicircular. Los preciosistas dicen que la superficie es de algo más de 19.700 metros cuadrados, yo no voy a ser tan minucioso, puedo permitirme esa licencia cuando otros son tan bartoleros a la hora de tirar números. Incluso podríamos agregar la superficie de las calles que rodean la plaza, con excepción de Balcarce que permanece cerrada durante las concentraciones. Pero hay espacios dentro del terreno que no pueden ser utilizados por los manifestantes, allí están la Pirámide de Mayo, el monumento a Manuel Belgrano, la entrada al subte A, bancos, árboles, canteros, etc. Podríamos arriesgar en 20 mil metros cuadrados la superficie de la plaza y sus alrededores que puede ser ocupada por la concurrencia.

Si alguien se siente molesto porque cree que estoy minimizando su poder de convocatoria, aclaro que la dimensión del lugar no variará si el convocante es de otra tendencia política. En todo caso, para resolver su desconfianza puede recurrir a la información del jefe de gobierno de la ciudad, se supone que es una persona muy competente, siempre atenta a las condiciones urbanísticas, sobre todo si puede realizar algún negocio inmobiliario. Imaginen que debe saber al dedillo cuánto mide la plaza y sus alrededores, a cuánto se podría vender ese par de manzanas ubicadas en el corazón de la ciudad, y cuál sería la comisión que recibiría por la operación.

Pero volvamos a los 20 mil metros cuadrados que supuse como ocupables durante una concentración. Ya comenté con anterioridad lo que me había dicho Tito Paoletti: que el máximo de personas que pueden estar en un metro cuadrado son 4. También dije que eso podía ocurrir en sectores muy aislados y que era materialmente imposible extender ese grado de concentración a todo el terreno. Lo razonable, lo que realmente ocurre, es que el nivel de aglomeramiento es mucho menor, que quedan espacios vacíos y que eso permite el movimiento de las personas. En la primer nota dije que, como máximo hipotético, en una hectárea cabían 40 mil personas. Para que eso ocurriera tenían que estar todos quietos y apretujados durante todo el tiempo que durara el acto al que asistían. Adelanté que lo razonable era hablar de un grado de concentración mucho menor y dije que era más sensato pensar en 20 mil personas dentro de esa hectárea imaginaria. Si estamos de acuerdo con este razonamiento (no soy tan ingenuo como para creer que los he convencido) en la Plaza de Mayo y las calles que la circundan caben como máximo 80 mil personas, aunque lo probable es que la capacidad deba reducirse a la mitad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario