Tres primeras semanas
(VI)
Era una fecha muy especial; se cumplían dos años del golpe de
estado y el gobierno de facto quería seguir mostrando que era tan
duro como el primer día. Tal vez por eso, además de las
declaraciones conmemorativas de las principales figuras del gobierno,
hacia la noche se anunció que las fuerzas armadas se harían cargo
de la custodia de todas las oficinas y edificios telefónicos “con
el fin de asegurar la normal prestación de los servicios y, a la
vez, garantizar la libertad de trabajo”.
Según recuerda Diego Pérez, “hubo cédulas emitidas por el
Ministerio de Guerra movilizando al personal de mantenimiento
(especialmente a Interior, Revisadores y Conservación Cables).
Se llegó así al 17 de septiembre. Tuerzas del ejército ocuparon la
Repetidora de Adrogué a las 17 horas de ese día, apresando a todos
los trabajadores que se encontraban en el lugar. A medida que pasaron
las horas se conocieron las detenciones masivas, en su lugar de
trabajo o domicilio, de delegados, colaboradores y afiliados activos,
sin ninguna discriminación. Las primeras cifras indicaban que 170
trabajadores habían sido privados de su libertad.
Por eso el Secretariado Nacional emplazó al Poder Ejecutivo para que
dejara en libertad a los detenidos, en caso contrario se declararía
la huelga general por tiempo indeterminado a partir de las 8 horas
del día siguiente. La contestación del gobierno fue suspender la
personería gremial de FOETRA y reprimir las concentraciones públicas
de los trabajadores telefónicos”.
Ese martes 17 se reunió el Concejo de Administración de la Empresa
Nacional de Telecomunicaciones, y, “tras examinar la situación
del conflicto telefónico y las medidas de seguridad adoptadas por el
Poder Ejecutivo”, dictó una resolución intimando al personal a
“reintegrarse a sus tareas a partir de las 0 horas del día 19”.
El incumplimiento de esa exhortación haría pasible al personal de
las sanciones de “suspensión, cesantía o exoneración, como mejor
corresponda”. Paralelamente, el ministro de comunicaciones informó
que había solicitado al Ministerio de Trabajo y Previsión, el
retiro de la personería gremial de FOETRA.
Pero los anuncios del ministro no terminaron allí. Agregó que “la
empresa estatal denunció ante las autoridades policiales, la
comisión de hechos previstos en la ley penal”. Y, a partir de esas
denuncias, se produjeron las detenciones comentadas más arriba.
Esa noche, poco después de las 22.30, se inició la reunión en
FOETRA en la que se decidió dar plazo hasta las 8 de la mañana del
día miércoles 18 para que todos los detenidos fueran dejados en
libertad. Si el reclamo no era satisfecho, se paralizarían las
tareas en todo el ámbito del Sindicato Buenos Aires; y si se
producía la detención de algún miembro del Secretariado Nacional,
el paro se extendería a todo el país.
El martes 17 también fue suspendida la personería gremial de los
Telegrafistas, Radiotelegrafistas y Afines, a raíz del conflicto que
venían sosteniendo por reivindicaciones similares a las planteadas
por los telefónicos.
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