Huelga general (II)
El día 19 se comenzó a liberar a los detenidos, entre ellos a los
dirigentes de la Federación. Ese jueves se informó que la mitad de
los trabajadores apresados en los diversos allanamientos habían
recuperado su libertad. Inicialmente se había hablado de alrededor
de 170 detenciones; la información oficial decía que ya habían
recuperado su libertad 86 de los detenidos, pero en un comunicado el
Sindicato Buenos Aires informaba que permanecían detenidos 200
compañeros. Finalmente todos serían liberados; sin embargo eso no
significó que el proceso judicial hubiese quedado resuelto. Diego
Pérez fue muy preciso con esto: “varios años después, las causas
todavía seguían abiertas”.
Por su parte, la Empresa comenzaba a mostrarse triunfalista diciendo
que los trabajadores empezaban a retornar al trabajo al garantizarse
la seguridad de quienes querían trabajar. Las cosas no debían ser
tan ciertas porque al mismo tiempo se admitía que había
trabajadores que iban a ser sancionados por su adhesión al conflicto
y que se iba a tomar nuevo personal para cubrir las tareas técnicas
y administrativas. El vocero empresario no vacilaba en señalar que
en la provincia de Entre Ríos el servicio se había normalizado. Lo
curioso es que ENTel no prestaba servicio en esa provincia porque el
mismo era cumplido por la Compañía Entrerriana de Teléfonos. Es
posible que, después de tres semanas de conflicto y de las
embestidas represivas de la Empresa y del gobierno, se hubiesen
producido algunas deserciones, pero no debieron ser tantas como
quería mostrar la información oficial.
Desde el lado de FOETRA la visión era totalmente distinta. En un
comunicado emitido el día 19, se decía:
“Con la unidad y disciplina características del gremio telefónico
se cumplió en todo el país la orden de huelga general que, a partir
de las 8 del día de ayer, dictó FOETRA. La jornada cumplida con
entereza, fue la condigna respuesta al atropello realizado por un
poder prepotente que por no avenirse a lo que debe concederse a los
trabajadores, intentó aplastar nuestro magnífico movimiento por
medio de detenciones masivas de los activistas sindicales. Los
centenares de detenciones no han disminuido el espíritu de lucha del
gremio ni han logrado quebrar la organización, porque cada afiliado
ha sabido tomar el puesto de combate que le corresponde, sin
deserciones ni desmayos.
Los locales de FOETRA han sido avasallados y se encuentran
clausurados, pero la organización del movimiento se mantiene
intacta, tanto en cada sindicato como en nuestros contactos con todo
el país. El Ministerio de Trabajo y Previsión ha suspendido la
inscripción gremial de FOETRA burlando toda norma jurídica
democrática, pero se equivoca si cree que con ello podrá barrer con
nuestra gloriosa Federación”.
Y para que no hubiera dudas ni confusiones se enfatizaba que “La
huelga continuará hasta que el organismo gremial ordene su
levantamiento por medio de los delegados y activistas en forma
fidedigna”.
Las muestras de solidaridad fueron numerosísimas a lo largo de todo
el conflicto y provinieron de todos los sectores del campo gremial.
Una delegación de Telefónicos fue recibida en la sede de Obreros y
Empleados Vitivinícolas donde se encontraban reunidos representantes
de 53 sindicatos que participaban del interrumpido Congreso
Normalizador de la CGT; sólo faltaban 9 de los que a partir de la
semana siguiente comenzarían a ser conocidos como “Las 62
Organizaciones”. Telefónicos y Telegrafistas recibieron renovadas
muestras de solidaridad, entre ellas, el anuncio de que los
trabajadores de la Alimentación realizarían paros de 15 minutos por
turno en apoyo a la lucha de FOETRA y AATRA.
Similares muestras de solidaridad se daban en otros gremios. Ese
mismo día, los empleados de comercio cumplían un paro entre las 17
y las 24 horas, en apoyo a telefónicos y telegrafistas. Otro tanto
hacían los metalúrgicos, con paros de 15 minutos por turno, y los
Trabajadores de la imprenta comprometían su apoyo con paros de una
hora, en todo el país, para el lunes siguiente. También los
Químicos anunciaban medidas de fuerza para apoyar a los huelguistas,
al mismo tiempo que los Bancarios, Aeronáuticos y otros gremios
programaban la realización de asambleas para resolver su adhesión.
El viernes 20, por la noche, una nutrida delegación de dirigentes
sindicales fue recibida en Casa de gobierno por el general Aramburu y
el contralmirante Rojas. Esos dirigentes eran definidos como
Pertenecientes a “los sindicatos que se retiraron del Congreso
Normalizador de la CGT” y que, una semana después, comenzarían a
ser llamados “los 32 gremios democráticos”.
Los dirigentes que hicieron uso de la palabra fueron Luis Danussi, de
la Federación Gráfica Bonaerense, Salvador Marcovechio, de la
Federación de Empleados de Comercio, y Juan Corral, de la Unión
Ferroviaria. Aunque el tema de fondo era el costo de vida, el
congelamiento salarial, el incremento de los precios y la legislación
que reprimía el derecho de huelga, todos aprovecharon para mostrar
su preocupación y solidaridad con los conflictos de telefónicos y
telegrafistas.
El primero de ellos dijo que “se busca una solución a los
conflictos planteados por los telefónicos y los radiotelegrafistas.
Se debe llegar a una solución, cuanto antes, porque las medidas
represivas adoptadas por el gobierno, inquietan y perturban todo el
sentir popular”. El representante de los empleados de comercio dijo
“el conflicto de los telefónicos y radiotelegrafistas debe ser
solucionado, ya que el mismo tiene un origen justo y el estado no
puede ni debe ser impermeable a esta situación. (...) El decreto de
congelación de salarios impidió encontrar el punto de equilibrio
entre los precios y los salarios, por lo cual se vuelve urgente su
derogación”. Por último, el dirigente ferroviario se refirió al
conflicto diciendo “No es fácil encontrar el equilibrio, pero se
debe tratar de llevar un poco más de tranquilidad a la clase
obrera”.
Aramburu hizo una larga intervención en la que eludió referirse a
los conflictos sobre los que se le pedía una definición. Entonces
tomó la palabra Sebastián Marotta quien “insistió en lograr por
lo menos una solución de emergencia hasta tanto se obtenga una
fórmula definitiva en todas las cuestiones planteadas”. A lo que
contestó Aramburu: “El gobierno va a estudiar todos estos
problemas; y con respecto al conflicto de los telefónicos tratará
de solucionarlo”.
Probablemente fue después de esa reunión, Cuando representantes de
FOETRA mantuvieron una prolongada entrevista con Isaac Rojas. Entre
las 21.55 y las 23.25 “estuvieron reunidos con el Señor
vicepresidente, a quien ilustraron ampliamente acerca del motivo de
la huelga”.
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