miércoles, 22 de noviembre de 2017

1957, la huelga grande de los Telefónicos (XXX)

Huelga general (II)

El día 19 se comenzó a liberar a los detenidos, entre ellos a los dirigentes de la Federación. Ese jueves se informó que la mitad de los trabajadores apresados en los diversos allanamientos habían recuperado su libertad. Inicialmente se había hablado de alrededor de 170 detenciones; la información oficial decía que ya habían recuperado su libertad 86 de los detenidos, pero en un comunicado el Sindicato Buenos Aires informaba que permanecían detenidos 200 compañeros. Finalmente todos serían liberados; sin embargo eso no significó que el proceso judicial hubiese quedado resuelto. Diego Pérez fue muy preciso con esto: “varios años después, las causas todavía seguían abiertas”.
Por su parte, la Empresa comenzaba a mostrarse triunfalista diciendo que los trabajadores empezaban a retornar al trabajo al garantizarse la seguridad de quienes querían trabajar. Las cosas no debían ser tan ciertas porque al mismo tiempo se admitía que había trabajadores que iban a ser sancionados por su adhesión al conflicto y que se iba a tomar nuevo personal para cubrir las tareas técnicas y administrativas. El vocero empresario no vacilaba en señalar que en la provincia de Entre Ríos el servicio se había normalizado. Lo curioso es que ENTel no prestaba servicio en esa provincia porque el mismo era cumplido por la Compañía Entrerriana de Teléfonos. Es posible que, después de tres semanas de conflicto y de las embestidas represivas de la Empresa y del gobierno, se hubiesen producido algunas deserciones, pero no debieron ser tantas como quería mostrar la información oficial.
Desde el lado de FOETRA la visión era totalmente distinta. En un comunicado emitido el día 19, se decía:

“Con la unidad y disciplina características del gremio telefónico se cumplió en todo el país la orden de huelga general que, a partir de las 8 del día de ayer, dictó FOETRA. La jornada cumplida con entereza, fue la condigna respuesta al atropello realizado por un poder prepotente que por no avenirse a lo que debe concederse a los trabajadores, intentó aplastar nuestro magnífico movimiento por medio de detenciones masivas de los activistas sindicales. Los centenares de detenciones no han disminuido el espíritu de lucha del gremio ni han logrado quebrar la organización, porque cada afiliado ha sabido tomar el puesto de combate que le corresponde, sin deserciones ni desmayos.
Los locales de FOETRA han sido avasallados y se encuentran clausurados, pero la organización del movimiento se mantiene intacta, tanto en cada sindicato como en nuestros contactos con todo el país. El Ministerio de Trabajo y Previsión ha suspendido la inscripción gremial de FOETRA burlando toda norma jurídica democrática, pero se equivoca si cree que con ello podrá barrer con nuestra gloriosa Federación”.

Y para que no hubiera dudas ni confusiones se enfatizaba que “La huelga continuará hasta que el organismo gremial ordene su levantamiento por medio de los delegados y activistas en forma fidedigna”.
Las muestras de solidaridad fueron numerosísimas a lo largo de todo el conflicto y provinieron de todos los sectores del campo gremial.
Una delegación de Telefónicos fue recibida en la sede de Obreros y Empleados Vitivinícolas donde se encontraban reunidos representantes de 53 sindicatos que participaban del interrumpido Congreso Normalizador de la CGT; sólo faltaban 9 de los que a partir de la semana siguiente comenzarían a ser conocidos como “Las 62 Organizaciones”. Telefónicos y Telegrafistas recibieron renovadas muestras de solidaridad, entre ellas, el anuncio de que los trabajadores de la Alimentación realizarían paros de 15 minutos por turno en apoyo a la lucha de FOETRA y AATRA.
Similares muestras de solidaridad se daban en otros gremios. Ese mismo día, los empleados de comercio cumplían un paro entre las 17 y las 24 horas, en apoyo a telefónicos y telegrafistas. Otro tanto hacían los metalúrgicos, con paros de 15 minutos por turno, y los Trabajadores de la imprenta comprometían su apoyo con paros de una hora, en todo el país, para el lunes siguiente. También los Químicos anunciaban medidas de fuerza para apoyar a los huelguistas, al mismo tiempo que los Bancarios, Aeronáuticos y otros gremios programaban la realización de asambleas para resolver su adhesión.
El viernes 20, por la noche, una nutrida delegación de dirigentes sindicales fue recibida en Casa de gobierno por el general Aramburu y el contralmirante Rojas. Esos dirigentes eran definidos como Pertenecientes a “los sindicatos que se retiraron del Congreso Normalizador de la CGT” y que, una semana después, comenzarían a ser llamados “los 32 gremios democráticos”.
Los dirigentes que hicieron uso de la palabra fueron Luis Danussi, de la Federación Gráfica Bonaerense, Salvador Marcovechio, de la Federación de Empleados de Comercio, y Juan Corral, de la Unión Ferroviaria. Aunque el tema de fondo era el costo de vida, el congelamiento salarial, el incremento de los precios y la legislación que reprimía el derecho de huelga, todos aprovecharon para mostrar su preocupación y solidaridad con los conflictos de telefónicos y telegrafistas.
El primero de ellos dijo que “se busca una solución a los conflictos planteados por los telefónicos y los radiotelegrafistas. Se debe llegar a una solución, cuanto antes, porque las medidas represivas adoptadas por el gobierno, inquietan y perturban todo el sentir popular”. El representante de los empleados de comercio dijo “el conflicto de los telefónicos y radiotelegrafistas debe ser solucionado, ya que el mismo tiene un origen justo y el estado no puede ni debe ser impermeable a esta situación. (...) El decreto de congelación de salarios impidió encontrar el punto de equilibrio entre los precios y los salarios, por lo cual se vuelve urgente su derogación”. Por último, el dirigente ferroviario se refirió al conflicto diciendo “No es fácil encontrar el equilibrio, pero se debe tratar de llevar un poco más de tranquilidad a la clase obrera”.
Aramburu hizo una larga intervención en la que eludió referirse a los conflictos sobre los que se le pedía una definición. Entonces tomó la palabra Sebastián Marotta quien “insistió en lograr por lo menos una solución de emergencia hasta tanto se obtenga una fórmula definitiva en todas las cuestiones planteadas”. A lo que contestó Aramburu: “El gobierno va a estudiar todos estos problemas; y con respecto al conflicto de los telefónicos tratará de solucionarlo”.
Probablemente fue después de esa reunión, Cuando representantes de FOETRA mantuvieron una prolongada entrevista con Isaac Rojas. Entre las 21.55 y las 23.25 “estuvieron reunidos con el Señor vicepresidente, a quien ilustraron ampliamente acerca del motivo de la huelga”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario