sábado, 28 de octubre de 2017

1957, la huelga grande de los Telefónicos (XX)

La normalización (III)

Finalicé la nota anterior con uno de los diálogos que mantuve con Diego Pérez a mediados de los ’80. Fue por entonces que comencé a reunir información sobre la huelga de 1957, él me atendió amablemente, me proporcionó datos de esos que no figuran en los documentos públicos. Hablaba de memoria, incluso incurrió en algunos errores que se fueron rectificando en el curso de la conversación. Rememoró la elección para salir de la intervención al sindicato Buenos Aires y luego habló de la que tuvo lugar en febrero de 1957 para designar a los delegados congresales. En esa oportunidad la proscripción del peronismo habría sido total.
En esa elección ganó la lista Verde (con 2.300 votos) y en segundo lugar se ubicó la Azul (con poco más de mil votos). Teniendo en cuenta esos números es posible suponer que el total de votantes fue alrededor de 3.500; como entonces los afiliados eran más o menos 15 mil, la abstención fue muy grande. Buenos Aires iba con 18 representantes al congreso, con lo que ingresaron 11 por la mayoría y 7 por la minoría

- Contame cómo fue el Quinto Congreso.
El Quinto Congreso comenzó el 18 de marzo de 1957 y terminó el 9 de abril.
Las seccionales que participaron en ese congreso fueron: Buenos Aires, Bahía Blanca, corrientes, Córdoba, Chaco-Formosa, Entre Ríos, La Plata, Mar del Plata, Mendoza, Misiones, Río Cuarto, Rosario, Salta, San Juan, Santa Fe, Santiago del Estero, Standard Electric y Tucumán. En total eran 18 seccionales.
Además de las seccionales estaban las delegaciones, que eran organizaciones que por el número de afiliados no les alcanzaba para ser seccionales. Las que participaron fueron: Asociación Mutual de Teléfonos del Estado (AMTE), Azul, Chascomús, Chivilcoy, General Pico, Junín, Luján, pergamino, Tandil y Zárate.

- Vos sabés que, de acuerdo a mis datos, hivilcoy fue al congreso con dos delegados, al igual que Zárate, Luján, Pergamino y, creo que también, Junín. Sin embargo hay alguna seccional, como Salta, que va al congreso con un delegado. Si las delegaciones no podían alcanzar el rango de seccional por tener un menor número de afiliados, ¿cómo podían ir al congreso con un número de delegados superior al de una seccional?
Diego Pérez se sonríe y luego me contesta.
¿Vos querés que yo te diga cuál fue “el perro”? Lo que pasó es que las delegaciones fueron incorporadas a último momento para que participaran del Congreso. Originalmente no estaba previsto que las delegaciones participaran con ese número de delegados. En los congresos de FOETRA participaban las seccionales; las delegaciones podían concurrir, pero tenían voz y no, voto. Fue el interventor, quien a último momento, decidió que las delegaciones podían participar del congreso.
Yo nunca supe si esa decisión tuvo que ver con un sentimiento muy arraigado de ese momento sobre el fortalecimiento del federalismo, o si fue por alguna rencilla del interventor con la Seccional Buenos Aires. Lo cierto es que Peiceré, a último momento, decidió incluir en la convocatoria a las delegaciones. Y las delegaciones se movieron en el congreso como un bloque.
La evidencia está en que antes de la elección del secretariado, habían comprometido su apoyo al candidato que resultó triunfador, y que un representante de la Delegación Zárate, Dopazo, fue elegido para integrar el secretariado.
Esto lo vamos a ver más adelante, pero si no se hubiesen dado así las cosas, no habríamos podido revertir el peso de la mayoría de Buenos Aires. Pensá que nosotros éramos 7 representantes por la minoría, sobre 23 delegados de Buenos Aires.

- De acuerdo a mis anotaciones Buenos Aires no concurrió con 23 delegados sino con 18.
Posiblemente yo esté confundido. Tal vez sea en el Sexto Congreso, cuando ya los estatutos están modificados, cuando Buenos Aires concurre con 23 delegados y sin representación por la minoría.

- Los datos que yo tengo me los proporcionó Alfredo López, y, según eso, hubo 70 delegados por las seccionales y 16 por las delegaciones. En total, 86 delegados.
Eso te muestra el peso que tuvieron las delegaciones en el congreso. Por ejemplo, en la elección del Secretario General, que fue la primera que se hizo, hubo 44 votos para Andreatta y 35 para Valente. Talvez hubo alguna abstención.
En la segunda votación, para Secretario Adjunto, volvió a repetirse 44 a 35. Y las votaciones que siguieron, para cubrir el resto de los cargos, fueron 44 votos a favor y 35 anulados, porque dentro de la urna metían papeles con puteadas. Después de las dos primeras votaciones la oposición no propuso ningún candidato para el resto de los cargos.
Nos pasamos más de tres horas votando, porque la votación era secreta y había que hacer el recuento de los votos para cada cargo.

- ¿Puede considerarse que allí hubo un cierto favor oficial para que Andreatta saliera como Secretario General?
La intervención no pudo manejar el congreso. Lo que hizo el interventor fue colocar una cierta cantidad de delegados como para que la conducción de Buenos Aires no pudiera copar el congreso...

- ¿Y eso, por qué?
No lo sé. Creo que había una cierta animosidad del interventor con la conducción del Sindicato Buenos Aires. El interventor era Peiceré, un oficial de la marina mercante, que después fue subsecretario en un gobierno posterior.
Por supuesto, a nosotros nos beneficiaba esa animosidad de Peiceré con la conducción de Buenos Aires.

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