Dos meses atrás fue desaparecido
Santiago Maldonado, la semana pasada comenzó a publicitarse que el
gobierno tiene confeccionada una lista con 562 nombres;
eufemísticamente Macri plantea que quiere subirlos a un cohete para
un viaje sin retorno; por el momento Clarín (del 5 de octubre)
reconoce que son 562, 30 mil es una cifra con lúgubres resonancias.
Milagro Sala volvió a ser
trasladada al penal de Alto Comedero. En piyama, descalza y esposada
fue sacada del domicilio- prisión donde había sido alojada durante
las últimas semanas. Ciertos críticos presuntamente democráticos
le atribuían actitudes autoritarias a la dirigente popular, repetían
los mismos argumentos con que los medios progubernamentales intoxican
diariamente a la población. El verdadero autoritarismo está en otra
parte, en un gobierno nacional que cada vez se derechiza más, que no
vacila en reeditar las listas negras que en otro tiempo confeccionaba
la Triple A, ni en recurrir a la desaparición forzada como método
de represión. Envalentonado por el apoyo de los empresarios, el
blindaje mediático y la complicidad de pseudoopositores, el equipo
gobernante prepara todavía mayores atrocidades. Sin ningún pudor
anuncia la próxima flexibilización laboral, los nuevos incrementos
tarifarios y un mayor desmantelamiento de la justicia, la educación
y la salud pública.
La escalada fascista no parece
tener límites, los reiterados atropellos a las libertades públicas
buscan implantar el terror y la desesperanza, o conseguir reacciones
irreflexivas por parte de los damnificados. Las provocaciones se
multiplican, el propio secuestro de Milagro en la mañana del sábado
tuvo un injustificado despliegue de violencia; no sólo se
incumplieron las disposiciones legales más elementales, la patota
que la devolvió a la cárcel propinó golpes e injurias con total
impunidad. Gerardo Morales es señalado como el responsable directo
de esos atropellos, pero no es el único. Detrás de él está el
gobierno nacional que lo apuntala política y económicamente, está
la Corte Suprema que desde hace meses cajonea el caso, están los
Blaquier con su negro historial de explotación y secuestros durante
la dictadura. Pero además debe recordarse que la coalición que ganó
la gobernación hace un par de años estaba formada por Cambiemos y
el partido que a nivel nacional dirige Sergio Massa. El
vicegobernador jujeño pertenece a esa fuerza política, el massismo
es corresponsable de la violencia instalada en la provincia.
Es imprescindible empezar a
ponerle freno al autoritarismo gubernamental. Eso no será fácil ni
se conseguirá con rapidez, pero hay que comprometerse con esa tarea
democrática. Para ello hay que unir las fuerzas hoy dispersas, a
peronistas, radicales, marxistas, y a todos los demócratas honestos
que no se identifiquen con el actual gobierno. Esto vale para Jujuy
pero también para todo el país. Dentro de una semana hay
elecciones, ese puede ser un buen punto de partida para iniciar el
cambio de rumbo. En el caso particular de la Provincia de Buenos
Aires todo está muy claro; hay que renovar tres senadores, dos
ingresarán por la mayoría y uno por la minoría. La tendencia
marcada por las PASO indica que tanto Cristina como Esteban Bullrich
ingresarán al Senado, el que debe definirse es quién será el
tercer senador.
No hay lugar para especulaciones
mezquinas ni planteos testimoniales, incluso hasta los que en agosto
votaron por el macrismo están a tiempo de rectificar. La oposición
con posibilidades reales lleva a Jorge Taiana como candidato para
ocupar esa senaduría, todas las otras variantes tienden a favorecer
al gobierno de Macri. A los dubitativos, a los intoxicados por la
prensa hegemónica, a los que optaron por otros candidatos en las
PASO, tiene que quedarles claro que el próximo 22 de octubre la
única opción cierta es la ofrecida por Unidad Ciudadana. Después
habrá tiempo para discutir, pero ahora la disyuntiva está entre
Taiana de un lado, y del otro los que desaparecieron a Santiago y
mantienen ilegalmente encarcelada a Milagro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario